He escuchado expresiones como «si yo fuera», «si yo tuviera», «si a mí me pasara», etc., aludiendo a las vidas de otras personas, a lo que tienen o lo que les pasa y que uno cree que es estupendo…
Desde luego que es sano tender a lo alto… (sobre todo al cielo, a Dios), pero por estarnos fijando en «los demás» perdemos de vista la propia vida y no florecemos. Muchas veces podemos equivocarnos y pensar que esas otras personas que tienen tanto «florecen». Pero tal vez sean flores artificiales y nos estemos dejando llevar por una impresión.
Florezcamos ahí donde Dios nos puso. Así también podremos servir de estímulo para los que nos rodean.
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